Mi ùltimo chofer de turno fue un simpatico hindù en otro gigante camiòn, que me traducìa las canciones de vital melodìa india, mientras me mostraba las fotos de su hijito de cuatro años, un encanto. De Taupo a Rotorua, màs precisamente a descargar los vìveres de la gran cadena de supermercados Whoolwart de NZ, de un solo tiròn! Què punterìa!
Digo mi ”ultimo”, porque ya desde aquì tengo comprado el pasaje final a Auckland donde termina mi etapa NZ!
Asì que tras caminarme dos horas ininterrumpidas por la costanera de este lago, fotografiar peces y aves, curiosear en los pozos de lava termal que lo rodean, tomarme un exquisito helado, y aprovisionarme para la cena, decidì quedarme quieta, ja! Finalmente, para terminar de escribir todas estas vivencias y digerir tantos manjares visuales consumidos este ùltimo mes, bahh, 24 dìas neozeolandeses!
Ahora a deleitar una fresca ensalada y el ùltimo paseìto al Jardìn Botànico de esta ciudad, nada màs! Lo prometo, ja!
Despuès a acostarse temprano que mañana sale el micro a las 6.40 de la mañana, sentada como una señora que corresponde a mi edad.
Aunque la verdad, preferirìa dormir a pata suelta, y salir “a mi manera” cuando se me de la gana. Mi transporte sale cuando yo levanto el dedo! Ja! Muy còmodo, sin presiones de horarios ni traslado a estaciones terminales.. Pero bueh! La prudencia de la madurez, llamèmosla, me hizo cuerda aunque sea el ùltimo dìa, ja!
Nos vemos en…..
Sorpresa!!!!
A dominar la curiosidad hasta la pròxima entrega, ja!
Besos y abrazos zeolandeses, nos vemos!
P.D.: Es màs fuerte que yo! No la puedo evitar!
Me refiero a la curiosidad!
En el mapa de la ciudad figuraba un “Redwood Forest” en las afueras, apenas a veinte minutos de transporte pùblico, o sea, un simple colectivo para ir a conocer este bosque, y tener una despedida como Dios manda!
Y lo bien que hice en ir!
Resultò una reserva impresionante de sequoias altìsimas y enormes, de màs de 100 años, plantadas por algùn misàntropo descendiente de los colonizadores, en su tierra conquistada. Ahora es un espacio pùblico de no sè cuantas hectàreas, con varios recorridos posibles, entre los majestuosos àrboles centenarios.
Cientos de locales haciendo sus carreritas aeròbicas, familias paseando, turistas tan asombrados como yo, gente paseando a su perro, enamorados besàndose bajo las copas, niños jugando a las escondidas, algùn meditador en un rincòn solitario, y casi todos, celular en mano, fotografiando estas maravillas.
Ahora sì fue una despedida de lujo de Nueva Zelanda. Iniciè con la visita al Tane Mahuta, el Kauri de 2500 años en el Norte de la isla norte, y cierro aquì en Auckland tras un recorrido elìptico, màs precisamente un “ocho” infinito de Norte a Sur de Este a Oeste. NZ hecho!
PD 2: Ùltima tarde en Auckland, dìa free, apenas orden de mochila, de fotos, de escritos. Salgo a dar una corta caminata por el centro con la excusa de cambiarme la correa del telèfono que se me partiò (sin alegorìas, hecho concreto) cuando en una esquina escucho mi nombre. Obvio que habiendo tantas Marìas por el mundo, no me dì por aludida.
Insistieron en mi nuca y al girarme, la sonrisa de Myriam y Salam, la francesa y el turco de la casita rodante, mis choferes a Nappier! Què Alegrìa!!! Ellos estaban esperando el colectivo para ir a no se donde y me vieron entre la multitud. Nos abrazamos asombrados para volver a despedirnos con la promesa del siguiente encuentro en la Patagonia Argentina!
Hay cosas que no tienen ninguna explicaciòn, pero que los Milagros existen, no me cabe ninguna duda.
P.D.3: De vuelta al hotel, sin haber conseguido malla nueva para el reloj (costaban màs que un reloj nuevo!) me pongo a prepararme algo para cenar cuando aparece un mensajito en el celular. Mejor dicho, otro Milagro en persona! Era Jacub!! el muchacho checo que me hizo la torta de cumpleaños en Sidney! Querìa saber còmo y por donde andaba…
Le cuento, y me cuenta que està con su hermana de visita, en el hotel XX de Auckland. Me fijo en el Santo Google y resultò a cinco cuadras del mìo. Inmediatamente pactamos vernos en un ratito y asì fue!! Increìble volver a abrazarnos! Caminamos por la costanera en una noche hermosa de tibio aire marìtimo y nops pusimos al dìa con sendas aventuras, ya que èl estuvo dando una vuelta parecida a Nueva Zelanda con su familia que habìa venido a visitarlo, tras dos años de ausencia de su paìs. Entre charla y charla, se hizo la medianoche y la cordura nos llamò al reposo.
Mi pasaje al aeropuerto a las seis serìa inamovible, ja!
Ahora sì! Que mañana vuelo a….
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