lunes, 20 de enero de 2025

Taupo

 Ya en plena cuenta regresiva con los dìas antes de dejar Nueva Zelanda, decidì andar hacia el lago Taupo, que goza con la fama de ser un àrea geotermal.

Hay unos cuantos centros de emanaciones de humitos que salen de la tierra, “Craters of Moon” (cràteres de la luna) con olor a azufre, bahhh, a huevo podrido!, zonas de baños de barro, una experiencia que no me llama para nada por màs lujoso spa que sea, visitas a volcanes extintos con turquesas lagunas en su interior y otros en plena actividad, cosa nada recomendable para escalar, ja! y alguna que otra cascada de mediana intensidad.

La verdad que para visitar todos estos lugares, aunque pròximos entre sì, muy distantes para hacerlos a pie, asì que no me propuse nada màs que gozar de la vista del lago desde la costanera del pueblo Taupo en cuestiòn.

El pueblo no ofrecìa nada màs interesante que una ridìcula cancha de tiros de golf en el mar! Asì de loco como lo lees. Desde una alfombra verde en la orilla de un pequeño acantilado, los turistas pagan para alquilar un palo en 1, 3, 5 o 10 tiros. La pelotita sale rodando hacia una plataforma ubicada en medio del mar a unos treinta metros de la orilla. Por supuesto la gran mayorìa van a parar al agua, y apenas algùn “pràctico” podrà alcanzar la victoria de embocarla en el embudo central. Algo asì como en las kermeses de cuando èramos “màs” chicas! Ja! Ni idea cual era el premio, pero los dos buzos contratados para recoger las pelotitas del fondo marino, tenìan por bien ganado sus sueldos!

Otra tonterìa que llamaba a los turistas en estos pagos, era un Mc.Donald ubicado dentro de un antiguo aviòn desvencijado, tipo museo, donde se ubicaban las mesitas en su interior subiendo por una escalerilla metàlica, nada apta para niños! En fin, cada uno se divierte como puede…

Medio frustrada, y cuando ya me iba del hostel, escucho a una mujer hablando español. La saludo, me presento y me entero que ella es colombiana viviendo desde hace 6 años en Auckland, y que estaba con su papà que la visitaba por primera vez en todos esos años. Inmediatamente me preguntò cuales eran mis planes para el dìa, y antes que pudiera decir nada, ya me estaba invitando a una recorrida con su auto, por todos esos lugares que yo pensaba que no iba a llegar.

¿Si esos no son Milagros…?

Cumplida la recorrida, que tampoco me parecieron tan espectaculares, nos despedimos màs que agradecida y encarè el dedo hacia Rotorua.

Esto de haber viajado tanto, tiene sus contradicciones: es muy difìcil no comparar! Y la verdad que despuès de haber estado en Islandia, no hay volcàn ni fumarola, ni icebergs màs bellos que los que vì por allà. En fin, igual estuvo buenìsimo.

Gracias Sabrina y su papà Benjamìn, fue una grata jornada!

Ahora a seguir viaje a mi anteùltimo destino...


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