Ésta es otra de esas ciudades donde las motos son más numerosas que las personas, donde los semáforos hace años dejaron de funcionar, y donde las reglas de tránsito aún no fueron escritas. Ergo, CAOS total!
Por otro lado, más limpia que algunas y más cara que las últimas visitadas.
Katmandú es la meca de los alpinistas y escaladores. O sea, ahora que es verano, es baja temporada, mejor para mí.
Aquí tienen sede todas las grandes marcas de ropa deportiva: North Face, Columbia, Timberland, Asterick, etc.etc.etc… pero no precisamente a precio de liquidación.
Empecemos por la mañana:
Primero era imperioso ir a pedir auxilio a la embajada India para terminar de completar la e-visa que por sistema se me trababa y estoy con los días contados para conseguirla.
En la Embajada no me dieron ni bolilla, sólo me indicaron que fuera a las tiendas de los alrededores donde podrían ayudarme. Dicho y hecho, por el doble del precio de la Visa, te la hacen ellos directamente en diez minutos. Y bueh, hubo que bajar el lomo, sino me quedaba afuera. Es el primer país que no logro hacer la visa personalmente yo sola. En fin…
De vuelta del molesto trámite, me premié con un café con cheese cake en los jardines de una especie de Botánico en el centro de la ciudad. La verdad, más que bonito! Aunque la frondosa vegetación no lograba aislar los bocinazos, los insultos y los frenazos que habitan las avenidas circundantes las 24 horas. Ah! El café? más que riquísimo! La curiosidad? Por todos lados había una multitud de mini ardillas, cuasi ratitas, ronroneando entre arbustos y flores, entre bancos y fuentes, que no se dejaban fotogreafiar de lo rápida que eran, ja!
Volví al hostel recorriendo tiendas de artesanías y pashminas indias, campanas de bronce, carteras de fieltro, ropa hindú (o debería decir nepalí?), almacenes chinos, y buscando un banco para cambiar dinero. Dí con una frutería y compré para el festín del resto del día.
Me acomodé en el jardín para escribir y para recibir a mi anfitriona de la agencia que debía entregarme la Visa para Buthán y acordar los últimos detalles.
Justo cuando se fue, se largó otra vez un diluvio tan activo como el de la tarde anterior. Y sí, estamos en temporada de lluvias, ja! Y aún sigue, siendo las 22 pm. Pareciera que no va a parar nunca más, ja!
Aproveché la tarde para editar fotos y… estar con mis palabras y con Uds.
De cena? Momos! Me animé a probarlos, especie de raviolones de verdura con otra forma, aunque con salsita más que picante. Pasables...
Buenas noches! Basta para mí today!












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