Cada día que
paso en esta Bolivia tan inesperada, su gente me parece de lo más dulce y
amable… serviciales y dispuestos…. Siempre con una sonrisa pacífica en sus
rostros…
Será de
llenarse de frutas en sus maravillosos jugos a primera hora en el mercado? O de sus gelatinas, malvadiscos, tortas,
alfajores y cuanto dulce se pueda vender en puestitos callejeros por doquier…