A medianoche
salía un directo a Denver (para el Oeste), y recién entonces empecé a estudiar
un poco el mapa de situación. OK, vamos
bien! Para allá entonces!
La
conductora resultó una mujer negra de avanzada edad, bastante déspota, aunque
segura de lo que hacía. Cada dos horas paraba en alguna cafetería de la ruta, y
anunciaba el tiempo de “break”. Todos descendían a fumar (aquí es una peste
generalizada) y guay! que te excedieras 1 minuto. Era capaz de
dejarte en el camino. Así y todo, al
llegar a destino, doce horas más tarde, recibió aplausos de todos los que
viajábamos, conforme s con su desempeño al volante, no así con su trato un
tanto brusco. En fin.. para la anécdota!