martes, 23 de julio de 2019

Havari



Hoy dejamos definitivamente la casa y la hospitalidad de Halla en Egilsstadir, para empezar el descenso hacia el sur, terminando de recorrer los fiordos del este.


Y cuando digo “dejamos” en plural, es porque acepté la propuesta de Herg, de continuar el viaje juntos hasta Reykiavic. Él  “insistió”, y a mí me viene de maravilla! Además que no sé decir que “no” en idioma mudo.  Esta experiencia que ya lleva 3 días de tratar de entendernos en dos lenguas que ninguno de los dos entiende al otro, es muy gracioso! Y muy sorprendente, que igualmente se establece la “comunicación”.  Aunque debo ser sincera, es agotador!!  (Acordarse de que es inútil hacer algún comentario con la boca, sino se tiene la vista y las manos disponibles, como cuando va manejando, ja!)

lunes, 22 de julio de 2019

Lagarfjlott



Mañana apacible de gran charla con Halla, largo desayuno como a mí me gustan…

Y luego salida al lago Lagarfjlott, que tiene monstruo y todo como el Ness de Escocia.







Para mí sorpresa, aparecieron los árboles!!  











En esta región, hubo un señor, que desde hace 40 años se dedicó a plantar y plantar… 1.000.000.de árboles!!! 

Tuve la suerte de conocerlo, es el dueño de un vivero orgánico en la región, por cierto, muy bonito lugar…













Y dice que ahora son 1.000.001  porque ayer plantó este Maple!

















Recorrimos el área, que es como un jardín botánico de acceso libre,  muy bien cuidado y con unos rincones de lo más apacibles para la meditación y la calma…










Y hasta había rosas mosquetas blancas!   Y reperfumadas!

Luego seguimos para la oficina del Parque Nacional de esa Región del lago, donde funciona un centro de interpretación super modernoso y rebien atendido. 


















Seguimos visitando la casa museo de Gunnar Gunnarson, un famoso y prolífico escritor danés, que al parecer, no la pasaba nada mal en esta casita entre colinas, río y cascadas. 





Me interesará leer algo de su obra, que todas se refieren a pobladores locales, al parecer, el antecesor de Hemingway, según las descripciones….

Y de allí a una granja donde funciona un museo muy bien puesto, sobre los habitantes originarios y los primeros inmigrantes de esta región. También excelente!!! En las explicaciones del recorrido y la puesta en escena . Maravilloso!!







Y más maravilloso aún, a la salida, el spa de agua termal y la casita de tortas…. Una delicia, todo para elegirse libremente, con el mismo valor de la entrada.  Un gustazo!




De vuelta, nos encontramos unos caballos de lo más mimosos, a la vera de la ruta, y no pude dejar de detenerme…





Estoy tan feliz que creo que ya no me quedan más deseos por cumplir, pero por las dudas, siempre está lindo, encontrarse uno de estos a mano!


Se los comparto….    Y buena suerte!  En lo que sea, que deseen…

domingo, 21 de julio de 2019

Puffins


La mañana me recibió con el aroma de tostadas y el sonar de tazas en la mesa dispuesta al desayuno.


Tras lo cual, Herg me propuso, con su islanda sonrisa y el índice marcando el recorrido en el mapa, de ir a Hafnarhólmi, a ver una colonia de puffins, el pajarillo típico islandés.

sábado, 20 de julio de 2019

Una increíble!!!



Advertencia:

Esta no es una historia de terror, es una historia de CONFIANZAS!

Habiendo visto que en botinero del hostel donde dormí  anoche, había cientos de zapatillas más menos embarradas (aquí en Islandia uno se debe descalzar al entrar  a las casas como en Japón), 

deduje que sería fácil salir de ese pueblito en un auto, y no arrastrando mi valijota hasta un cruce de rutas.

Porque cada dos pares de botines, (o tres), o dos adultos, 2 niños, corresponde un auto!

Por aquí no hay buses, ni trenes, ni patinetas, mucho menos mochileros a dedo! Ergo, todos tienen un auto alquilado. (Ningún turista viene a Islandia en auto propio).

Dicho y hecho, salí del hostel –mejor dicho: antes de salir-  ya tenía apalabrada a tres chinas que gustosas me llevaron en el suyo (alquilado) hasta el cruce. Un éxito inmediato, aunque ellas iban en la dirección contraria a la que yo seguía.

Ni bien me bajaron, una pareja en otro auto chiquito rojo, se detuvo frente a mí –antes que yo moviera el brazo! – para preguntarme para donde iba. Les mostré mi mapa y coincidiendo en solo 30 kms. acordamos me dejarían en esa intersección de rutas. (Eran franceses así que volví a practicar un ratito más esa lengua)

Enseguida llegamos a ese cruce y ….oh…. nada por aquí, nada por allá….

Y cuando digo NADA es NADA!  era un desierto de lava! Ni un arbolito, ni un cartel, ni un auto!!!

Puro VIENTOOOOOO! Y NEBLINA!!

Claro! Desde un auto en movimiento, no tenés ni una hoja para comparar porque por allí no había ni un árbol siquiera, ni un musguito, ni un junco siquiera. Recién cuando estás afuera, los pelos se revolean y la columna vertebral hace esfuerzos de tensión para mantenerse en pie. Tanto que a los 10 minutos me empezó a doler el esternón! Lugar raro para un dolor si lo hay!