Siempre llego a la misma conclusión: lo mío es el bosque. Suena extraño, pero a mí, las playas me aburren…
O me incomodan.
Siempre llego a la misma conclusión: lo mío es el bosque. Suena extraño, pero a mí, las playas me aburren…
O me incomodan.
Así se llama el Jardín Botánico de Nadi, la capital de Fiji, ya que está al pie de una montaña cuyo perfil asemeja a un gigante dormido. Tan dormido que siempre lo veo entre nubes de lluvias amenazantes.
Despertarse frente al mar, desayunar frente al mar, trabajar en la compu frente al mar, comer frente al mar, caminar por su orilla, salpicar pataditas como una niñita… meterme al agua!
Qué placer!
A solo tres horas de vuelo hacia el noreste de Nueva Zelanda se encuentra Fiji. nombre desde ya paradisìaco, como todas las islas de Pacìfico que la rodean.