La ventanita de mi corazón quería abrirse al amor por la tierra de mis ancestros, pero ´por alguna extraña energía no lo lograba.
La ventanita de mi corazón quería abrirse al amor por la tierra de mis ancestros, pero ´por alguna extraña energía no lo lograba.
Salí de Cádiz rumbo a la tierra de mis ancestros paternos...
en la costa sur de Portugal!
Siendo las 10 de la mañana, al llegar a Sevilla me dio ganas de darme
“una vueltita” por la ciudad. En realidad es una falta de respeto pasar “cerca”
del Alcazar y no entrar, pero el mundo es tan grande! que no se puede con todo. Además ya había estado
allí en mi primer viaje por España en 2007, se acuerdan? Así que seguí viaje...
Al norte de Gibraltar se extiende el Parque Nacional de los Alcornoques. Lo atraviesa la ruta 381 que va hacia Cádiz, mi siguiente destino. Pero mi real anhelo era poder conocer, tocar y abrazar un ejemplar de este curioso árbol.
Salí a pata
de Gibraltar, atravesé la pista de aterrizaje, mostré mi pasaporte en la Aduana
de salida y subí el dedo en la siguiente esquina.
Al ratito pasó un muchacho de Algeciras que retornaba a su hogar, apenas a 20 kms. de allí, sólo había ido a Gibraltar a comprar unas tazas de porcelana para regalar a su madre…. No tenía apuro realmente… Le comenté del alcornocal y se entusiasmó en ir a conocer el parque, 60 kms. más allá de su destino! No le importó “desviarse” para llevarme directamente al Centro de Interpretación y visitamos juntos el Jardín Botánico! Si éstos no son MILAGROS? Los milagros dónde están?
Siguiente destino: Gibraltar
La curiosidad de conocer este atípico enclave en la puntita sur de España, el paso del Mediterráneo al Atlántico, la posibilidad de vislumbrar África a lo lejos… todo ello me motivaba a “pasar la frontera”.