Tonderhein

Despertarse con angelitos sobrevolando tu almohada, ya es un presagio de buena fortuna. Porque Ildred, la señora que me alquiló un cuarto anoche, tenía pegados angelitos fosforescentes en el cieloraso, ja! especial para mí!

Si a eso le sumás la bocina del tren que arribaba a la estación cercana, y partía en 30 minutos a Thonderheim, día asegurado!

Cruceros

Al despertarme y descorrer la cortina, ví que el paisaje había cambiado considerablemente; un tremendo crucero estaba estacionado en el puertito del Hellesylt.  Al rato llegó otro un tanto más pequeño.

Mientras desayunaba, tres bocinazos anunciaban la partida. Menos mal porque me daría fobia, encontrarme toda esa gente rondando un pueblito tan pequeñito, y por ende, encantador.

Chaparrón

Salí de Bergen en un bus local hasta un pueblito donde ya la super autopista se había convertido en una ruta de solo 1 carril para cada lado + 1 senda para bici, aunque sin banquina para hacer dedo!  

Aunque con la sombra de un tilo, que me refrescó la miniespera. En 10´ pasó un Audi rojo relustroso impresionante con Johan Alexander –colombiano!- al volante y salsa de Cali en el Mp4!

Me tuve que pellicar para crérmelo!

Bergen

Despertarse en un ferry en medio de un fiordo, es inesperado!! Y maravilloso a la vez.

Anoche tomé un micro de Oslo a Bergen para atravesar el país hacia la costa occidental, durante 8 hs. de noche, y lo que menos me imaginaba, era que en un momento, el micro se subía a un ferry, y nos cruzaba el mar…