jueves, 29 de agosto de 2024

VIDA!!!! MILAGROS y Coincidencias!

Dejé Tanzania con rumbo a Mozambique. Esto significó un micro desde Dar El Salam, su capital, donde intenté infructuosamente reparar mi cámara Nikon, con dirección sur durante 14 horas. En un pueblito cuyo nombre me resultaba impronunciable, tomé otro matatu durante otras 2 horas hasta la frontera. Allí el único alojamiento que había para pasar la noche -la oficina de migraciones ya estaba cerrada y la oscuridad reinante (pueblo sin energía eléctrica)- hacía imposible el cruce, era un hotelucho para parejas. Sus luces azules, verdes, rojas y amarillas (generador mediante) lo hicieron visible desde la ruta.

sábado, 24 de agosto de 2024

Los Unos y los Otros

Como de costumbre, cuando llego a un lugar, hago mi reconocimiento con una larga caminata.

El pueblo de Nungwi  está en la punta más norte de la isla, o sea que puedes ver la salida del sol por el este al amanecer y la puesta por el oeste, con solo girar la silla, como en el planeta del Principito. Un real  privilegio!


jueves, 22 de agosto de 2024

Jozami Forest

Como ya se habrán dado cuenta, soy de las que no se quedan quietas. 48 horas en un mismo lugar me produce una especie de cosquilleo en la planta de los pies que me impulsa a andar…

Aproveché el nublado para huir de mi paraíso-piscina-playa, aunque pareciera difícil de abandonar el edén, porque el bosque de Josami Forest me convocaba en el arrullo del viento costero.


martes, 20 de agosto de 2024

Zanzibar

Con mi acostumbrada (o ex) suerte, llegué a los ferrys justo para su primera partida del día: 7.am! Como blanca que soy, tuve privilegio en la cola para comprar el ticket. “Pase señora pase!” ¡Qué lástima…! Aquí hay aún , como en el resto de la Africa que voy conociendo, un “servilismo” oculto, innombrable, asquerosamente tácito. Siento que todos (los negros, y no lo uso despectivamente, sino para abreviar nomenclaturas filisóficas) te miran y te tratan con cierto aire de admiración y cuidado desmedido, como si fuera una semidiosa con derechos. Por un lado, mi ego de sesentosa invisible en “mi mundo”, se siente reconfortado y halagado, pero intuyo que esto es más por su creencia de auto desmerecimiento, que por mis méritos.