lunes, 3 de febrero de 2025

Manila

 Ya tres días consecutivos de angelitos en los aeropuertos era más que prodigioso regalo del cielo. Sabiendo que voy a aterrizar a las nueve de la noche, no es cuestión de hacerlos trabajar horas extras, así que prudentemente, y como una “Sra.” que se precie de tal, reservé un hotel con servicio de regogida. Ja! Que lujo! Primera vez en mi vida, que veré mi nombre en un cartelito sostenido ante la puerta de salida de la aduana pertinente. ¡Qué emoción! ¡Qué nivel de distinción! ¡Qué comodidad!}

Cualquier parecido con la realidad, es pura coincidencia! ja!

domingo, 2 de febrero de 2025

Papua Nueva Guinea

 Hacía años que no me despertaba con el canto de un gallo.


Así que hoy, la veintena de atrasados, parecieron ponerse de acuerdo, y desde distintos puntos del “barrio”  (barro) se escuchaban sus cacareos desde temprano, entre el repiquetear de la lluvia en los charcos, y las campanas de las distintas iglesias (metodistas, prebisteriana, testigos de Jehová, católica, y vaya a saber qué otras) compitiendo por el acarreo de fieles en esta mañana de domingo.







Imposible no despertarse temprano!

sábado, 1 de febrero de 2025

Solomon

 El avión en cuestión no era el símbolo de la seguridad ni del modernismo, el tapizado de los asientos lucía parches con la buena intención de ser reparados. La cartilla de instrucciones en caso de emergencia parecía un billete muy usado, nada de revista publicitaria de free shop de alahajas ni perfumes, mucho menos pantalla para amenizar con videos en los respaldos.


jueves, 30 de enero de 2025

Vanuatu

Llegar a un país del que jamás oíste ni nombrar, es una experiencia más que exótica, casi como entrar en una novela fantástica con lugares inventados.